Es un mecanismo de protección que hace que un componente funcione más lento para evitar daños por sobrecalentamiento. Tener los equipos mal refrigerados puede ser el origen de numerosos problemas, donde la suciedad ha atascado los conductos de ventilación. También es posible que, debido al sobrecalentamiento o el paso del tiempo, la pasta térmica se haya secado y afecte al funcionamiento del equipo.